En Catalunya, sí. ¿Dónde, si no? Puede que su Gran Premio de motos no sea tan popular como el de Jerez, ni tan cosmopolita como el de Assen, ni tan ruidoso como el de Valencia. Puede, sólo puede. Pero lo que sí es seguro es que no hay ningún otro lugar en la tierra donde el rugido de una moto haya provocado desde tiempos ancestrales mayores latidos en el corazón de sus ciudadanos.
Y es que, como recuerda la magnífica exposición que pueden contemplar estos días en la Cambra del Comerç de Barcelona, Catalunya es justamente esto: “el batec (latido) de la moto”.
Guste o no, la moto formará parte de la historia escrita de este país que arrancó con “Les homilíes d’Organyà”. Porque eso, la moto, aquí no solo es un medio de transporte motorizado. La moto en Catalunya es un estado de ánimo, y eso es justamente lo que transmite esta muestra y, especialmente, lo que se respira este fin de semana en Montmeló.
Me provoca un cierto desasosiego oír que la hegemonía de Marc Márquez puede llegar a convertir las carreras en “aburridas”. ¿Aburridas?
¿Acaso lo fueron las cuatro victorias de los Lakers en las cinco primeras ediciones de la NBA, o los posteriores once anillos de los Celtics en trece años? ¿Y qué me dicen de las 27 series mundiales de los Yankees en el beisbol?
¿Quieren que les hable de los Roland Garros de Nadal, de los tours de Indurain, de los títulos de Hamilton, Schumacher o Verstappen? ¿Qué tal si conversamos sobre los veintitrés oros de Michael Phelps, o de los récords mundiales de Mondo Duplantis? ¿Les paso el teléfono de Toni Bou, que este finde sumará su enésimo entorchado?
Ser campeón del mundo, de lo que sea, es algo muy grande. Y cuando un deportista se instala en un nivel de excelencia como el que atraviesa ahora Marc Márquez, considerar que su autoridad es tediosa, más que una muestra de ignorancia supone una falta de respeto por alguien que ha tenido que esforzarse mucho, sacrificar toda una vida probablemente, sufrir como un condenado para ser eso: el número uno. Y en el caso del de Cervera no hace falta que les recuerde el calvario físico que ha vivido en los últimos cinco años por culpa de su maldita caída.

Que la constancia del piloto de la moto roja, que su permanente presencia en lo más alto del podio no sea una excusa para no ir al Circuit este fin de semana. ¿Saben que las MotoGP superan los 350 kilómetros por hora al final de los 1.047 metros de la recta de esta pista? ¿Se pueden hacer la idea, imaginar tan sólo por un instante lo que supone esto? Y no lo hacen solo una vez, sino muchas. Por si acaso: no se les ocurra probarlo.
MotoGP es uno de los espectáculos deportivos más maravillosos de la tierra. El sonido de los motores -que no ruido-, los olores, los colores, las ráfagas de viento al pasar, las inclinaciones de los pilotos en las curvas en un acto que chulea la ley de la gravedad y que parece sacarle la lengua al demonio, esas frenadas que ningunean a la física, los acelerones que destruyen la lógica del tiempo y del espacio. Si no lo han visto nunca, no se lo pierdan. Y si lo hicieron, sé que repetirán porque es adictivo.
No hace falta que vayan a una tribuna. Compren una entrada de las más asequibles, dense el gusto de pasear por la pelousses -la zona “general” sin asiento, para entendernos- y se embriagarán de esa fragancia que nos tiene enganchados a tantos millones de personas. Y comprenderán porqué, a veces, a los circuitos se les llama “templos”, “catedrales”, “paraísos”… Asistir a un Gran Premio no es sólo ver pasar unos tíos a toda mecha sobre unas motos de colorines. Ahora que están tan de moda las “experiencias inmersivas” tendrán la ocasión de asistir a una de ellas, y sin tener que ponerse esas gafas horribles que me producen una jaqueca insoportable.
El Circuit les espera. Vayan y aplaudan a Márquez, claro que sí. Pero aplaudan también a sus rivales, a todos. Y también a esos aspirantes a la gloria que sueñan con ser algún día como él, y que de momento se foguean con idéntico empeño en las categorías de acceso a la clase reina. Bienvenidos a MotoGP, bienvenidos a Catalunya. ¿Dónde, si no?
Circuito de Barcelona-Catalunya Moto2 Moto3 MotoGP