Antecedentes. La primera victoria de Fernando Alonso en Mónaco, en 2006 y con Renault, fue un 28 de mayo. En la misma fecha se correrá este domingo.
La primera pole del asturiano en las calles del principado, en 2007 y con McLaren-Mercedes, fue un 27 de mayo (aunque el año anterior el Nano salió también desde la pole por la penalización que le metieron a Schumacher por el famoso “aparcamiento” de su Ferrari a la salida de La Rascasse…). Y en esa misma fecha se disputa este sábado la lucha por la pole que, en este lugar, ya se sabe que es crucial para la carrera del día siguiente: 31 de las 68 carreras celebradas en sus tortuosas curvas, fueron ganadas por el autor del mejor tiempo en la crono; el ganador en 13 de las 21 últimas ocasiones fue el pole-sitter, y en 47 oportunidades quien subió al escalón más alto del podio había salido desde la primera línea de la parrilla…
En la carrera de 1961, Stirling Moss consiguió ser el piloto más veterano en conquistar la pole en ese escenario (con 32 años, 7 meses y 27 días), donde dos años antes Maurice Trintignant (40 años, 6 meses y 18 días) asumía la marca de ser el piloto de mayor edad capaz de ganar en sus 3.3 kilómetros de recorrido. Y Fernando cumplirá 42 el 29 de julio…
Cábalas. A Alonso le encanta vacilar en las redes sociales. Esta semana recordaba que esta carrera se disputa el día 28 del mes 5. Y sumaba los dos números, obteniendo como resultado, sí: 33. Esa cifra anhelada, la de la trigésimo-tercera victoria de su palmarés, la que sería su tercera en ese sitio tan adorado por los “petrolheads” y que podría llegar en esta carrera que arranca precisamente… ¿lo adivinan? ¡A las tres de la tarde!
No me dirán que las coincidencias numéricas no tienen su guasa, y que la cábala numérica haría las delicias de toda suerte de adivinos, quirománticos y demás profetas y nigromantes. Claro que también los hay que se apuntan al pronóstico más optimista sin mayor razonamiento que una fe ciega, una especie de atracción más que magnética, casi una pulsión por el mal bautizado “Mágic”.
Realidades. No, Alonso no es mágico. Alonso es real. Y ha sido precisamente la realidad la que le ha privado de tener un palmarés aún más amplio, por si el acumulado hasta el momento a alguno le pudiera parecer poco.
Y es precisamente ese “tocar de pies en el suelo”, no especular, no ser un trilero (como algunos cantamañanas que pululan por ahí), atenerse fielmente a la realidad, lo que confiere a la opción de este fin de semana unas posibilidades francamente altas de convertirse en algo tangible: la 33ª victoria.
Si en algún sitio puede llegar ese resultado es aquí. Si en algún lugar las virtudes del Aston Martin pueden florecer con mayor fuerza para minimizar la superioridad de los Red Bull es aquí. Y si encima llueve, como podría suceder, más a favor de Alonso.
Pero para que todo esto sea realidad no hay que meter el remo el sábado, donde lo que anda en juego es mucho más que las portadas del domingo.
Soñar es de ilusos. En este deporte no hay margen ni para la especulación, ni para los vendedores de humo. La F1 no es el top-manta de la gloria, aunque a algunos les guste mercadear con la ilusión de la gente como si fueran baratijas “fake”.
Aquí la cosa no va de montarse películas, por muy cerca que esté el festival de Cannes.
Fernando Alonso GP de Mónaco McLaren-Mercedes