Después de las siete primeras carreras del año, Repsol Honda solo suma 20 paupérrimos puntos en la clasificación para los equipos del mundial de MotoGP. Ocupan el undécimo lugar en esa lista. El último.
Honda, por su parte, es penúltima en la tabla de los constructores. Solo Yamaha está peor, y en parte es gracias a la victoria de Rins en Austin, la única que hasta el momento ha firmado un piloto con las motos de la marca del ala dorada este año. El de Barcelona -decimotercero en la clasificación con 47 puntos- es el primer piloto con una Honda en ese ranking que cierra Joan Mir, vigesimocuarto del mundial, con solo 5 puntos… a 155 del líder, Bagnaia.
En el mundial de pilotos Marc Márquez es ¡decimonoveno!, ya que en las cuatro carreras en que ha participado sólo ha sumado 15 puntos. Todos, por cierto, en las carreras al sprint de los sábados.
Rins ha sido sometido esta misma semana a una segunda operación, y su regreso a la pista es incierto. Mir tampoco estará en Assen donde Lekuona le sustituye de nuevo.
¿El resumen de todo esto?: un puto drama, y ya me perdonarán por la expresión, pero es que no se me ocurre otra mejor para describir el hundimiento de la marca japonesa, cuyos pilotos acumulan casi ¡40 caídas! en los siete fines de semana de carreras que llevamos en lo que va de año.
Todos necesitan “superar” la carrera de Assen, aunque sea pasándola de puntillas. Cuesta pensar en un Marc Márquez yendo al tran-trán, guardándose muchos grados de torsión en la muñeca derecha, no enroscando al límite el puño del acelerador. Pero no hay otra, y menos cuando su cuerpo ya no puede más de tanto maltrato.
Hoy, pilotar una RC213V y no lesionarse en el intento solo es comparable a la proeza que cada 23 de junio protagonizan esos habitantes de la localidad soriana de San Pedro Manrique cuando caminan descalzos sobre unas brasas en el llamado Paso del Fuego.
Al final del pasillo ardiente que les espera, después de Assen -esa carrera que el año pasado marcó el declive en la temporada que estaban haciendo Aleix Espargaró y Fabio Quartararo, del que aun no se han recuperado- les aguardan unas vacaciones absolutamente imprescindibles.
En teoría, los japoneses deberían aprovechar ese parón para corregir una moto indomable, incluso para alguien tan experto en la monta de potros salvajes como es el de Cervera.
Pero, visto lo visto: ¿quién puede creer que tras esa pausa esta moto será realmente distinta?
Todos los datos aportados al inicio de esta columna serían suficientes para ser esgrimidos desde un punto de vista legal para que Márquez pudiera dar por concluido su contrato un año antes de que este finalice. Es decir: al final de esta temporada.
Pero, a veces, viendo la inacción de Honda en los dos últimos años: ¿por qué deberíamos creer que esto va a suceder si no ha pasado ya?
Admiro a Honda, y les respeto por todo lo que han hecho a lo largo de su historia, pero viendo como se ponen de perfil ante la situación que están atravesando a veces me pregunto si no estarán forzando la salida de Márquez para, una vez “liberados” de él seguir la misma senda de Suzuki antes de lo que pensamos. Ojalá que no.
Los precedentes de otras “espantás” como la que podría ser esta, ya las hemos vivido firmadas por Honda en la F1, y de modo intermitente. Y pensar que ahora que son muchos los fabricantes -también los históricos de motos- con la cabeza más centrada en la descarbonización de sus productos que en otra cosa nos ayuda a despejar una incógnita que ojalá no se produzca.
Àlex Rins Circuito de Assen Francesco Bagnaia Marc Márquez MotoGP