El anuncio de la entrada de Audi en la F1 a partir del 2026 tiene una transcendencia muy grande para el motorsport en general. No en vano éste se hizo en el marco del pasado GP de Bélgica, en Spa, y delante del presidente de la FIA, Mohammed bin Sulayem, y del Director General de la F1, Stefano Domenicali.
Hace un tiempo, cuando la Fórmula-e se puso en marcha, uno de los activos que más se valoraron del campeonato eléctrico fue la entrada de diversos fabricantes generalistas del automóvil en dicho certamen. Una participación que involucraba a bastantes más de los que había en la F1 en aquel momento.
Mercedes ha dejado el campeonato creado por Alejandro Agag este mismo año y, al parecer, no será el último constructor que se aleje de ahí en breve.
La apuesta de Audi por la electro-movilidad es evidente. En la producción de vehículos en serie lo vemos con sus revolucionarios e-tron, y en competición lo vimos a principios de año con el estreno de su coche para el Dakar, cuya segunda generación acaba de ser descubierta esta misma semana. El coche de la marca de los anillos se mostró muy competitivo desde el inicio, con victorias de etapa muy importantes a pesar de los evidentes fallos de juventud que tuvo, algunos de ellos imputables a proveedores externos más que al constructor en sí.
Su coche de raids aún tenía más de vehículo térmico que de eléctrico, pero la solvencia del fabricante alemán -y del grupo VW en general- en el terreno de los híbridos ya la vimos en Le Mans, donde por un cierto período la hegemonía de los coches de los cuatro anillos fue incontestable.
Ahora, que apuesten por la nueva normativa técnica que entrará en vigor a partir de 2026, con una mayor electrificación de la existente actualmente en la F1 pero también con la utilización de un avanzado combustible sostenible, es algo que hace pensar mucho.
Cuando Audi ponga su coche en pista lo hará para ganar. Si no en su primer año, tal vez en el segundo. Ya lo hemos visto en el Dakar, insisto. Tienen ahora mucho por tiempo por delante hasta llegar al 2026, para trabajar y probar todo lo que haga falta. Como hizo Mercedes en su regreso a la F1 con la aparición de la hibridación. Por cierto: a ver qué tarda BMW en recoger el guante para que los tres constructores alemanes vuelvan a coincidir en la pista, como en los mejores tiempos del DTM.
No faltará quien crea que apostar por una F1 cada vez más híbrida (pero que no le cierra totalmente la puerta a los carburantes orgánicos) no hace sino expresar ciertas incertidumbres en torno a que el futuro de la movilidad sea totalmente eléctrico.
Y es que la sostenibilidad no solo pasa por la electricidad. En Audi saben que “la combinación de alto rendimiento y competición es siempre un motor de innovación y transferencia de tecnología en la industria del automóvil”, como dijo Markus Duesmann, presidente de Audi AG.
En 1971 Hans Bauer -un empleado del departamento de marketing de Audi/NSU- creó el famoso eslogan “a la vanguardia de la técnica”. De momento ya han tomado la iniciativa en la F1 del futuro. No serán meros comparsas, seguro.
Audi FIA Formula 1 Mohammed bin Sulayem Stefano Domenicali