La de 2025 será, para algunos, una temporada “de transición” en la F1. El cambio de reglamento técnico a partir del año próximo -qué lejos parecía cuando lo comunicaron, y qué cerca está-, con el importante cambio que se espera en los monoplazas a partir de la fecha, da sentido a creerlo.
Personalmente creo que no va a ser sí, y que -al menos en lo estrictamente deportivo- el año que empieza va a dar mucho juego. Fluye sabia nueva en la parrilla, con más rookies que nunca; hay interés por ver cómo va a reaccionar Red Bull tras la “bajona” del año pasado; lo que prometen la llegada de Hamilton a Ferrari, y el pulso que pueda dirimir con Leclerc , “il Predestinato” como dicen en Italia; qué podrán hacer los dos españoles con dos coches tan discretos; y con McLaren en el rol de máximo favorito (por ser los actuales campeones de marcas, y por las sensaciones transmitidas en los test de Bahréin) los argumentos para pensar así son múltiples… independientemente de lo que pueda hacer esa bestia que es Max Verstappen. El neerlandés es, sin duda, uno de los mejores pilotos de la historia de la F1, y no lo digo sólo por el brillo de su palmarés, con cuatro títulos. El argumento de que “gana por que lleva el mejor coche” quedó desarticulado el año pasado, cuando vimos que el monoplaza de los de Milton Keynes fue perdiendo fuelle a medida que nos sumergíamos en el calendario.
Veremos qué han hecho para neutralizar el imparable retorno de McLaren.
Los de naranja han hecho las cosas muy bien, empezando por sus cabezas visibles: Zak Brown en la gestión, y Andrea Stella en lo deportivo.
El primero ha cristalizado una jugada maestra antes de cruzar el alfeizar del curso. La renovación “multi-anual” de Oscar Piastri en la vigilia de la puesta de largo del certamen demuestra una gran inteligencia estratégica, y puede suponer un chute de confianza y de moral para este muchacho de Melbourne de tan solo 23 años -el día 6 cumplirá 24-, para romper la maldición que siempre rodeó a cuantos compatriotas corrieron “su” GP: Jack Brabham, Alan Jones, Craig Lowndes (sólo dos añitos en Minardi), Mark Webber (segundo en la cita de 2009 en Melbourne; mejor resultado de un aussie en su GP) y Daniel Ricciardo (fue segundo en 2014, pero le descalificaron a posteriori por superar los límites del combustible en el caudalímetro) además de él.

El ritmo de Norris, su compañero de equipo, fue muy significativo en los test de Bahréin. Pero el de Piastri no fue nada desdeñable. El “protegido” de Mark Webber -que tutela su trayectoria, advertido por Flavio Briattore y Fernando Alonso– hizo el octavo mejor tiempo en del cómputo de las tres jornadas de ensayos, siendo el mejor en la última de ellas.
El año pasado Piastri terminó cuarto del campeonato, firmando sus dos primeras victorias en la categoría, en Budapest y Bakú. Ya lleva diez podios en 46 GP, lo que es un bagaje excelente para su juventud, pero para mí lo más significativo fue que en 2024 puntuó en todas las carreras, dando un total de 1.444 vueltas a lo largo del año (todas las posibles), siendo el cuarto piloto de la historia capaz de hacerlo tras Hamilton en 2019 (1262), Michael Schumacher en 2002 (1090) y Max Verstappen en 2023 (1325).
Si a ello le sumamos la frialdad que ha demostrado en muchas ocasiones importantes, su disciplina con el equipo capaz de sacrificar su ego por el bien del conjunto, o lo que parece una preparación física excelente (baja del coche casi sin despeinarse, ni en los GP más húmedos), puede que el piloto de McLaren sea el primer australiano capaz de ganar la carrera de su país. No lo descarten.
Max Verstappen McLaren Michael Schumacher Oscar Piastri