Inici Articles La F1 fa Amèrica gran (i no Trump)

La F1 fa Amèrica gran (i no Trump)

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Y no lo digo por la carrera de Las Vegas, que volvió a ser un canto a lo hortera, una oda al brilli-brilli, una exaltación a la vacuidad manifestada por la presencia masiva de catamañanas de diverso pelaje cuyo mayor mérito en la vida se reduce a las infinitas listas de bobalicones que siguen sus golfadas con un fervor desproporcionado.

Pero la validación por parte de Liberty Media, el visto bueno de la FIA y el placet de todos los equipos a la entrada de General Motors a través de Cadillac a la F1 como undécima formación en el paddock, es una muy buena noticia.

La disciplina reina del automovilismo deportivo necesita ir más allá de la organización de tres carreras en Estados Unidos: Miami, Austin y Las Vegas.

No hay ningún deporte en la tierra que pueda presumir de ser “mundial” si no cuenta con una representación del “país más poderoso del mundo”, según palabras de su propio presidente.

En la era del deporte globalizado, hacía falta el regreso de un equipo americano a los Grandes Premios. Los últimos intentos para volver no acabaron de convencer, pero ahora el paso -con el apoyo de la empresa promotora del certamen; americana, por cierto- ya parece más definitivo y cuenta con la bendición de los principales agentes protagonistas del tinglado.

Donald Trump ha conseguido hacer rejuvenecer aquel viejo eslogan de Ronald Reagan  “Make America Great Again”, o lo que algunos llaman el “movimiento MAGA”, y el concurso a partir de 2026 de un gigante de la automoción como es el grupo GM  hará, sin duda, que la f1 “vuelva a ser grande de nuevo”.

Andretti-Cadillac cerca debutar a la F1 amb tecnologia Ferrari | © Cadillac
Andretti-Cadillac cerca debutar a la F1 amb tecnologia Ferrari | © Cadillac

Cadillac es una marca con una gran experiencia en la competición del motor, sobre todo en una especialidad como la resistencia. En la última edición de las 24 Horas de Daytona, esta firma contó con la participación del tricampeón de la Indy, Alex Palou. Pienso en 2026, y sueño con la posibilidad que el catalán -ojalá que ya con cuatro títulos del certamen americano en el bolsillo – pudiera estar en los GP de F1 con ellos. No me negarán que sería muy bonito.

Y pienso en Franco Colapinto, que de momento no tiene coche para seguir en la F1 el año próximo, pese a que muchos le consideran el hombre de moda. Es probable que Cadillac quiera sentar en su monoplaza un piloto americano, pero de no hacerlo tal vez los Andretti -menos al margen del equipo GM de lo que algunos piensan- deberían considerar la oportunidad de recolocarle en la F1 si finalmente no consigue un asiento para la próxima temporada.

Veremos si el enésimo proyecto americano de entrar en la F1 no queda en agua de borrajas, como ha ocurrido en demasiadas ocasiones. Claro que nunca como esta vez ha habido detrás un grupo con tanta solidez como General Motors avalando el desembarco con la etiqueta de Cadillac.

Y si finalmente el programa se hace realidad, ¿quién se atreve a asegurar que algún consorcio automovilístico chino no podría plantearse competir también en la F1 para extrapolar hasta la competición la agresividad con la que han desembarcado en la pugna por el mercado mundial de la automoción? La guerra apenas ha empezado. Pero prepárense, porque no tardará en estallar; y con ella llegará un nuevo paradigma en las carreras, con un modelo muy distinto al actual.


Àlex Palou Cadillac Ferrari Liberty Media

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