Tras la carrera de Tailandia, Jorge Martín comentó que necesitaba un “break”. El triplete asiático -y más después de una cita tan física como la de India- pasó factura en a toda la parrilla.
Aunque el de San Sebastián de los Reyes ya sabe de la responsabilidad de luchar por un mundial -como el de Moto3 en 2018-, estar con opciones en la categoría reina son palabras mayores.
Después de los errores de Mandalika y Phillip Island, su cabeza estalló pese a que en Buriram supo controlarla y hacerse con el máximo botín de puntos.
Martin está rodeado de un entorno muy profesional. Empezando por su padre, que le apoya desde una distancia prudente como para no resultar invasiva, hasta su mánager -el mejor en este momento- Albert Valera, pasando por el director deportivo de su equipo, Fonsi Nieto, que ya sintió las mariposas que revolotean en el estómago de Jorge hace más de veinte años.
Dice Bagnaia que si finalmente el título se lo adjudicara Martin no lo consideraría un fracaso. El italiano ya fue campeón en 2022, y probablemente no tenga asuntos pendientes en su mente, pese a que la bulimia de todo deportista de élite es insaciable.
Señala el de la Ducati oficial que la presión la tiene Jorge. Y es cierto. Pero la velocidad también es suya.
Hay quien cree que Jorge, con su aspecto de tipo duro, es como una reencarnación de aquellos tipos implacables que fueron los pilotos de las 500 de dos tiempos. Y probablemente su actitud, su estilo, su agresividad (limpia, eso sí) al manillar esté más cercana a lo que destilaban los Gardner, Doohan, Schwantz de finales de los ochenta de lo que transmite Bagnaia.
Quedan tres batallas, tres finales, seis carreras. Treinta y siete puntos en juego cada fin de semana, 111 en total y 13 -solo 13- los que les separan ahora.
Dos estilos diferentes, idéntico objetivo, la misma ambición. Un piloto de la calle, y otro que se sienta en el trono. ¿Ir a tope en cada curva para recortar la diferencia, o limitarse a cruzar la meta por detrás del rival?
Valencia será decisiva. Con un asfalto probablemente muy frío, donde Pecco podrá jugar con el comodín de las presiones de los neumáticos, que Jorge ya ha gastado. Apasionante.
Francesco Bagnaia GP de València Jorge Martín