
Seguro que muchos de ustedes lo cantaron en el autocar, más de una vez, yendo de excursión con sus amigos del cole. Benzema y James también, pero fueron interrumpidos por la policÃa en la M-30 cuando estaban poniendo en práctica este estribillo; pero eso es harina de otro costal. El GP de HungrÃa de F1 nos dejó muy claro que en esa categorÃa, digan lo que digan las escuderÃas, hay pilotos número 1; que siempre hay quien tiene la prioridad sobre el otro en cada equipo, vaya. Lo vimos con el papel de lacayos desempeñado en Budapest por Bottas al servicio de Hamilton, o con todo un campeón mundial como Raikkonen haciéndole un combo entre mayordomo, guardaespaldas y mamporrero a Vettel. ¡Cómo no van a quererles a su servicio Lewis o Seb! ¡Cómo iban a abrirle la puerta a una mosca… Seguir llegint