07-07-2017

"A jugarme la vida cada vez que me subo a un monoplaza". La frase la ha colgado esta semana Fernando Alonso en Twitter. Toda una declaración de principios y, sobretodo, la constatación de que el suyo es un oficio peligroso. Muy peligroso. Pero una cosa es el riesgo inherente a las carreras –que conocemos y aceptamos–, y la otra el que se añade de forma absurda, gratuita. Como el que aportó Sebastian Vettel en Bakú, y del que –de nuevo– se ha salido de rositas. Nos encanta que los pilotos luchen al lÃmite, como antaño. Pero quien quiera ver a los novios de la muerte: que se apunte a la legión, vaya a los toros, o se ponga "Rollerball" o una de gladiadores en su casa. Jugar con la vida, la propia y la de los demás, es de idiota. Y la estupidez no deberÃa salir gratis. La FIA… Seguir llegint